La criptocomunidad celebra el 16º aniversario de Bitcoin, recordando las etapas importantes en el desarrollo de la primera criptomoneda descentralizada, según escribe el autor News.bitcoin.com .
Durante los primeros años de existencia Bitcoin ridiculizado, hoy se ha convertido en un peso pesado financiero en todo el mundo. Una de las razones de esto son los problemas de las monedas fiduciarias. Fiat es un medio de intercambio que deriva su valor no de una base intrínseca, criptográfica, energética o mercantil, sino únicamente de los poderes y edictos de un organismo rector, generalmente un banco central.
Ahora no se puede confiar en la moneda fiduciaria porque es una construcción artificial, divorciada de la realidad objetiva de la producción y el comercio. Su valor no lo dictan los valores materiales, sino los decretos de los gobiernos y los bancos centrales, que pueden depreciarlo a su discreción.
La ilusión de fiabilidad de las monedas fiduciarias no impide la irresponsabilidad de los gobiernos y la dependencia de los ciudadanos. Confiar su futuro a un sistema así significa arriesgar el producto de los esfuerzos de su vida. Bitcoin es en muchos sentidos una rebelión contra la decadencia moral y económica inherente a los sistemas fiduciarios.
Bitcoin consistente con los principios de libertad individual, intercambio voluntario y valor objetivo, en lugar de monedas basadas en la coerción y el fraude. Su estatus corresponde al del oro, que tiene propiedades únicas como escasez, divisibilidad, durabilidad y resistencia a la corrosión. Es ideal para su uso como medio de intercambio y comercio.
Bitcoin , como el oro, deriva su valor de su utilidad, reconocida por las personas racionales. Su valor no es inherente, sino que surge de las cualidades que posee y de los propósitos a los que sirve. Cosas como la resistencia a la censura y la escasez de oferta son sus principales ventajas. Sin embargo, la naturaleza de su utilidad es fundamentalmente diferente a la del oro, ya que no es físico sino digital, lo que se adapta a la era tecnológica.
Muchos defensores de Bitcoin, que han pasado más de una década promoviéndolo, creen que su valor tiene sus raíces en las propiedades objetivas que lo convierten en un medio eficaz de intercambio y depósito de valor en un mercado voluntario. Su suministro limitado se logra mediante un protocolo criptográfico que limita el suministro de bitcoins. La divisibilidad y portabilidad de BTC lo hacen particularmente útil en la economía digital globalizada.
El futuro de Bitcoin todavía depende de superar el problema de escalamiento de la red. Indudablemente Bitcoin ha tenido éxito como depósito seguro de riqueza, pero el potencial no aprovechado como sistema de efectivo electrónico entre pares sigue siendo un problema. Lograr esto requerirá innovaciones de protocolos bien pensadas para adaptarse a la economía global sin sacrificar la descentralización.
